Introducción a Áureo, el juego de rol
Áureo es un juego de rol ambientado a medio camino entre la mitología griega y el Mediterráneo de la Era Clásica, en el que podrás interpretar a un héroe que tendrá que enfrentarse a monstruos, conspiraciones políticas, batallas, viajes, a la caprichosa voluntad de los dioses, y a la hibris que crece en su interior. El resultado final es un universo inspirado en La Odisea y La Ilíada de Homero, los relatos de Heródoto y Jenofonte, los tratados de Graves y Grimal… pero también en 300 de Frank Miller, Troya de Wolfgang Petersen o Hércules y Xena de Sam Raimi; bienvenidos a Áureo: La Edad de los Héroes.
La Hélade (lugar irreal y ucrónico donde se desarrollan la mayoría de las situaciones y aventuras de este juego) ha sido creada a partir de estos dos contextos a medio camino entre la historia y la fantasía, en donde Aristóteles, Platón y Sócrates podrían discutir sobre filosofía (como ocurre en el cuadro ‘La escuela de Atenas’, del pintor Rafael Sanzio), o Aspasia, Leónidas, la Pitia, Teseo, Gorgo, Aquiles o Atalanta podrían interactuar en un debate político, en los Juegos Olímpicos o en el campo de batalla. Muchos hechos y datos históricos han sido adaptados, cambiados, omitidos o sustituidos, en algunos casos por conveniencia para poder hacer Áureo más jugable (como cambiar el sistema duodecimal clásico por el actual sistema decimal) y, en otras ocasiones, por pura ignorancia de los desarrolladores del juego (desde estas líneas queremos disculparnos con los eruditos en cultura clásica grecolatina por todos los gazapos cometidos). Áureo no pretende ser un juego histórico, sino un juego inspirado en la historia que os permita crear vuestras propias historias.
El universo de Áureo es épico y mágico, donde los dioses son algo real y tangible que se aparecen a los mortales para recompensar a los que les sirven bien y castigar a los que les ofenden (como podréis imaginar, no hay muchos ateos). La magia es algo palpable a la que todas las personas pueden acceder mediante la adoración de los dioses y los Rezos, pidiéndoles desde que los cultivos crezcan sanos a la fuerza de varios hombres durante la batalla. Además, los héroes tienen poderes innatos que los asemejan a los dioses, como la fuerza colosal de Heracles, los pies alados de Aquiles o la inteligencia sobrehumana de Odiseo. También existen hechiceras, adivinos, médiums, brujas, sanadoras, pitonisas, místicos, oráculos, monstruos, gigantes, ninfas y semidioses, por lo que la magia, aunque en pequeñas dosis, es algo muy cotidiano. Las tramas del juego mezclan las aventuras épicas con conspiraciones políticas, bien aderezadas por los misteriosos deseos y acciones de los dioses. Parte de la gracia del juego consiste en intentar cumplir las distintas misiones que los Olímpicos ponen en vuestros caminos (que para eso sois los elegidos), lo que es prácticamente imposible, ya que las voluntades de los dioses, a menudo, se contraponen.
Este juego ha sido creado para personas adultas y no es intención de los diseñadores de Áureo establecer ningún juicio de valor, ni inculcar convicciones morales de ningún tipo. Algunas conductas que se fomentan en el juego en el transcurso de los distintos roles pueden parecerles amorales, como el politeísmo; la violencia y el belicismo de los espartanos; la forma de entender la sexualidad de los dioses y algunos de sus seguidores; la esclavitud; lo extendido que están el racismo y el machismo; las dictaduras militares o las falsas democracias basadas en el voto de los hombres nobles; el alcoholismo de los sacerdotes de Dioniso… pero todos estos elementos están presentes para crear una ambientación exótica para las personas que vivimos en el siglo XXI y para ser fiel a los contextos históricos y mitológicos en los que se basa la mayor parte del desarrollo del juego. Cada una de las personas que decida utilizar este universo para ambientar sus partidas es libre de eliminar los elementos que desee de esta ambientación.
Por último, recordar a aquellos que quieran jugar a Áureo que solo se trata de un juego, y los sucesos que ocurran dentro de él no deben trascender a la vida real de los jugadores. El contacto físico entre los participantes en el juego está terminantemente prohibido, a menos que exista un consentimiento explícito por parte de todos los que interactúen. La violencia debe quedarse en los dados, en la historia y en la imaginación de los jugadores, no debiendo llegar nunca a la vida real. En caso de cualquier duda, el director del juego o Demiurgo siempre tiene la última palabra para interpretar las reglas del juego (si no te gusta como tu director interpreta las reglas búscate a otro, pero no le discutas tanto como para entorpecer la partida). Antes de comenzar a jugar, recomendamos que los jugadores y el Demiurgo hablen tranquilamente y sin tapujos y establezcan un contrato social sobre los límites que están dispuestos a soportar durante el juego (aunque sea un mundo de ficción, puede que algunos jugadores hayan pasado por alguna mala experiencia personal y no quieran revivirla a través de su personaje, igual que ciertas personas evitan ver películas con determinada temática). Como anotación final, daros las gracias por compartir este sueño con nosotros, y esperamos que os lo paséis tan bien jugando a él como lo hemos hecho nosotros.