Culto a Zeus: 'El que gusta de lanzar rayos'
Historia de Zeus
Zeus es el rey de todos los dioses y de los hombres. Es el soberano de los cielos, el señor de la luz, y dios de la lluvia y el rayo. Entre sus muchas funciones, mantiene el orden y la justicia en el mundo, vela por los juramentos, castiga a los impíos, y vigila que las normas de hospitalidad para con los huéspedes se cumplan. Es hijo de los dioses Titanes Cronos y Rea, así como hermano menor de los dioses Olímpicos Hera, Poseidón, y Hades. Es el marido de la diosa Hera, y padre de multitud de dioses (algunos fruto de sus tres matrimonios, y otros tantos, de relaciones extramatrimoniales). Por citar los más importantes, nombraremos a los dioses Olímpicos Apolo, Artemisa, Ares, Atenea, Dioniso, Hefesto y Hermes, así como padre adoptivo de Afrodita. Zeus también es el padre de multitud de héroes, fruto de sus relaciones con mujeres mortales. Su prole es tan numerosa que todos los estados de la Hélade presumen de tener a un hijo de Zeus entre los suyos, y muchas familias importantes aseguran que su fundador fue un héroe engendrado por el rey de los dioses.
Cuando Cronos era el señor del universo, devoraba a todos sus hijos pues un oráculo había predicho que uno de ellos lo destronaría, como él había hecho con su padre Cosmos. Rea, su mujer, harta de ver como sus hijos eran engullidos por su marido, cuando dio a luz a su último retoño, Zeus, lo cambió por una piedra, y le dio el niño a las Ninfas (diosas de la naturaleza) y a los Curetes (dioses guerreros) para que lo cuidasen y criasen. Cuando llegó la madurez, Zeus decidió derrotar a su padre y a su estirpe (los Titanes). Para ello tramó un plan con su abuela Gea, que consistió en liberar al resto de sus hermanos del vientre de su padre, dándole una pócima que le hizo vomitar. También liberó a los Cíclopes del Tártaro, que le construyeron fabulosas armas. Así, tras diez años de lucha, Zeus armado con el rayo, Poseidón con un tridente que podía sacudir la tierra y los mares, y Hades con un yelmo que lo hacía invisible, consiguieron derrotar a los Titanes y encerrarlos en el Tártaro.
Una vez hubieron vencido, los hermanos se echaron a suertes tres de los cuatro reinos en los que se dividía el universo, dejando el cuarto, la Tierra, para disfrute de todos. Hades se quedó con el Inframundo, allí donde van las almas de los muertos; Poseidón ganó el Mar, fuente infinita de riqueza; y Zeus se quedó con el Cielo, desde donde se domina toda la creación. A pesar de ser el hermano menor, Zeus reclamó para sí el trono del universo tanto por haber sido el protagonista de la trama que liberó al resto de sus hermanos, como por haber liderado al ejército que derrotó a los Titanes. Como era el más poderoso de todos, y tenía el apoyo de Hera, con la cual se casó posteriormente, el resto de los dioses tuvieron que aceptar, de mejor o peor gana.
Cuando Zeus se proclamó señor de todo lo existente, remodeló el mundo a su antojo: instauró las estaciones, el día y la noche, y creó multitud de criaturas para que poblaran la tierra, entre ellas, el hombre, al cual hizo a su imagen y semejanza, pero con un poder muy inferior al de los dioses. De igual forma, respetó a otras criaturas ya existentes, razas mortales que eran más viejas que él mismo, como los sátiros y los centauros. Cuando hubo concluido el nuevo orden natural de las cosas, cogió una parcela del mundo y la hizo especialmente bella y fértil para que los dioses pudieran vivir en ella rodeados de sus humanos favoritos, los cuales, les adorarían con sacrificios para poder mantener su poder y hegemonía. Este paraíso terrenal sería conocido como la Hélade, y en él situó su palacio en la cima de la montaña más alta de aquellos parajes, conocida como el Monte Olimpo.
Descripción de Zeus
Zeus aparenta tener unos 50 años, pero con los músculos de un luchador en su apogeo físico. Tiene el pelo gris y ensortijado, y luce una imponente, pero cuidada barba poblada de canas. Mide dos metros de altura y tiene un ancho de espaldas de más de un metro. Es increíblemente bello y posee un porte majestuoso que podría dejar sin palabras a cualquier dios o mortal. Viste con túnica blanca, corona del oro más puro existente, y siempre tiene a mano alguno de sus rayos. Zeus es el más astuto y sabio de los seres existentes, y su sentido de la justicia es legendario, de tal forma que todos los dioses, incluso los que han perdido pleitos presididos por él, no tienen más que darle siempre la razón por lo locuaces que son sus argumentos y deliberaciones. La misma astucia que le ha hecho famoso, le da la sensatez de renunciar a ser el juez en casos espinosos que podrían agraviar a algunos de sus familiares más poderosos. Bajo su tutela y buen hacer, ha conseguido que la paz (casi siempre) reine en el Olimpo, donde la naturaleza contrapuesta de algunos dioses hace que cada día sea un nuevo reto por mantener el orden.
Aunque casi siempre consigue contener la naturaleza caprichosa propia de los dioses, a Zeus le pierde la lujuria, y entre sus amantes se encuentran buen número de hombres y mujeres, de naturaleza tanto divina como mortal. Esta predisposición a la lujuria le acarrea constantes peleas con su mujer, Hera, la cual ha conspirado en varias ocasiones para castigarle por sus agravios. También le caracteriza su cólera, de tal forma que reacciona ante los insultos de forma tan tajante y rápida que en ocasiones se arrepiente de la desmesura de sus castigos.
Seguidores de Zeus
Todos los seres que habitan la Hélade son seguidores de Zeus (ya sean héroes, inmortales o simples humanos) excepto aquellos llamados impíos, como los que adoran a los dioses prohibidos. Los que se oponen a la voluntad del gran señor del Olimpo tienen los días contados, y pasarán el resto de la eternidad entre grandes tormentos. Los sacerdotes de Zeus visten túnicas grises adornadas con rayos bordados en oro. No son muchos ya que, a pesar de los numerosos templos a Zeus existentes, suelen estar regidos por uno o dos sacerdotes, relegando todo el trabajo a los esclavos. Tienen mucha influencia en los estados, pero rara vez suelen intervenir en los asuntos de los mortales, ya que esa es la voluntad de su dios. Solo los mejor preparados de entre las clases más altas de la sociedad tienen el honor de ser llamados para servir al rey de los dioses, y a menudo, son seleccionados entre los sacerdotes de otros cultos Olímpicos. Muchos de ellos son considerados sabios. También abundan los oráculos entre ellos. Serios, solemnes, y muy reticentes en intervenir en las vidas de sus conciudadanos, los sacerdotes de Zeus se limitan a regir los templos y encargarse de los sacrificios.