El áureo: la esencia de la magia

El áureo es la esencia divina de los dioses: una energía que fluye por el Universo, presente en todos los milagros. De él extraen su poder los inmortales y lo irradian impregnando a los seres que interactúan con ellos. Los héroes tienen parte de esta esencia, al igual que algunos objetos, criaturas y lugares. Los elegidos por las deidades utilizan el áureo para realizar proezas sobrehumanas, y los dioses, para moldear el Universo a su antojo.

Tipos de áureo

Áureo permanente

El áureo permanente representa la conexión del personaje con los dioses. Este áureo se desarrolla desde el momento del nacimiento o interactuando con los dioses. El áureo permanente puede aumentar a lo largo de las aventuras de los personajes, normalmente, como consecuencia de realizar actos heroicos. El áureo permanente marca el máximo de áureo temporal que un personaje puede acumular y con el que empiezan la aventura.

Áureo temporal

El áureo temporal puede utilizarse para hacer proezas dignas de un semidiós en momentos concretos. Su uso más habitual es que, una vez por Turno, puede utilizarse 1 punto de áureo temporal para obtener un bonus específico de +5 a una Acción Ofensiva, Defensiva, Pasiva o de Movimiento (no se puede utilizar para conseguir bonus en las Acciones que activan rezos o te defienden de ellos, como son las Acciones Mentales o Especiales). También es necesario para activar algunos rezos y dones de gran poder. El máximo de áureo temporal que un personaje puede tener es igual a su áureo permanente. Al empezar cada sesión de juego, todos los personajes recuperan 1 punto de áureo temporal.

Experiencia de áureo

Al realizar actos heroicos se puede ganar experiencia de áureo. Cuando se consiguen 10 puntos de experiencia de áureo, se aumenta en 1 nivel el áureo permanente. En ese momento, el personaje recuperará todos los puntos de áureo temporal y vivirá una experiencia mística que el Demiurgo debe describir: a mayor aumento de áureo permanente, más espectacular debe ser la experiencia mística, la cual puede comprender desde una aureola alrededor del personaje, un comportamiento anormal de los astros celestes (como que se haga de día en plena noche o viceversa), que el agua se petrifique o empiece a caer de la tierra al cielo, que una escultura que representa al personaje en una postura heroica emane de la tierra…

Actos heroicos para conseguir experiencia de áureo

Los actos heroicos son proezas que marcan la diferencia en el destino del Universo y por los que los héroes aumentan su conexión con los dioses y se acercan a la inmortalidad. Cuando más áureo tiene un personaje, más difícil le resulta seguir ganando experiencia de áureo para aumentar su poder. Cuando termina una sesión de juego, el Demiurgo y cada uno de los jugadores deben repasar las hazañas de cada personaje, y determinar si alguna de ellas podría considerarse como un acto heroico, según la tabla que aparece a continuación. De ser así, el personaje ganará 1 punto de experiencia de áureo. Algunos de estos actos son:

• Matar sin ayuda a una criatura o héroe que tenga áureo permanente igual al del PJ.

• Matar con o sin ayuda a una criatura o héroe que tenga áureo permanente superior al del PJ. 

• Sacar un doble 10 en los dados (solo una vez por sesión).

• Salvarle la vida a una persona cuyo destino era ser una pieza importante en el plan del Universo (a criterio del Demiurgo).

• Hacer sangrar a un dios.

• Mantener relaciones sexuales con un dios.

• Hacer huir de un combate a una criatura legendaria de áureo 9.

• Ser coronado rey o reina.

• Ser ordenado alto sacerdote o sacerdotisa.

• Conquistar un Estado o su polis principal.

• Ser uno de los protagonistas del bando ganador de una guerra.

• Vencer a un dios en un combate, un duelo de ingenio o una competición deportiva o artística.

Esta lista debe entenderse como una guía general y se aconseja que sea usada de forma razonable y flexible. Si en una sola partida un jugador mata a doce enemigos o criaturas que deben hacer ganar experiencia de áureo, dale 1 punto, 2 a lo sumo, pero no 1 por cada enemigo. Puedes ser más benévolo con los personajes que tengan áureo permanente bajo en relación al resto del grupo, y darles experiencia por hazañas parecidas a las de la lista (tener una charla interesante con un dios; hacer huir a una criatura de áureo permanente alto, perder una competición con un dios habiéndolo hecho muy bien…). Por el contrario, hay que ser especialmente exigente con aquellos que tengan áureo permanente 9, ya que están cerca de convertirse en dioses. Por eso, solo debe darse experiencia de áureo a las proezas más impresionantes (puedes utilizar como ejemplo los doce trabajos de Heracles).

Entrar en “modo dios”

Existen dos principales diferencias entre los dioses y los mortales: el áureo permanente (todos los dioses tienen, al menos, 10 puntos) y la forma de utilizar el áureo temporal. Los dioses no solo pueden gastar esta energía para obtener bonus a algunas tiradas (como hacen normalmente los protagonistas), sino que han aprendido a utilizar el áureo para potenciar sus dones naturales y sus poderes mágicos, y así dominar las fuerzas del Universo y moldear la realidad a su antojo. En ocasiones puntuales (como mucho, una vez por partida), y siempre que lo autorice el Demiurgo, los PJ pueden acceder a su naturaleza divina y utilizar el áureo de la misma forma en la que la usan los dioses. Esta es una forma libre de juego en la que, basándonos en unos parámetros establecidos, el Demiurgo debe decidir cómo influyen los poderes del héroe en el entorno que les rodea. La mecánica básica es que se utiliza el áureo temporal para hacer más poderosos los efectos de los rezos y de los dones divinos de los personajes. A continuación, citaremos algunos criterios para que sirvan de guía:

1 punto de áureo: +2 Acción Mental o Acción Especial o duplicar el número de personas a las que debería afectar el rezo o don.

2 puntos de áureo: Duplicar los efectos del rezo o don (bonus o malus) o duplicar la duración de un rezo o don.

3 puntos de áureo: Duplicar los efectos de un rezo o don que necesiten áureo para funcionar o el personaje puede transmitir los efectos de un rezo o don que debería afectarle solo a él mismo para que también afecte a otra persona.

4 puntos de áureo: El personaje puede transmitir los efectos de un rezo o don que debería afectar solo a un personaje para que afecte a toda un área o puede hacer que los efectos de un rezo o don pasen de durar 1 Turno o una Escena a todo un día.

5 puntos de áureo: El personaje puede hacer que un rezo o don funcionen de forma mucho más potente de como estaban concebidos, tales como crear criaturas de la nada (en vez de invocarlas), crecer hasta medir 20 codos (en vez de los 4 que permite el don divino Sangre de gigante), viajar a la velocidad del sonido (en vez del doble de rápido con el don divino Pies alados…) o puede hacer que un rezo o don funcionen de una forma alternativa y parecida a como estaba pensado, tales como hacer llover vino en vez de agua, en vez de controlar criaturas, convertir a alguien en una de ellas… Si se quiere que alguno de estos poderes afecte de forma negativa a otro protagonista, habrá que hacer una tirada enfrentada de áureo permanente contra áureo permanente.