Culto a Poseidón: 'El señor del mar'
Historia de Poseidón
Poseidón es el hermano mediano de Hades y Zeus, también hijo de Cronos y Rea. Es el señor del mar, de los caballos y de los terremotos. Su reino también abarca los ríos, los océanos, los lagos y las fuentes. Aunque su reino es muy extenso y muchas islas están bajo su protección, Poseidón ha reclamado multitud de territorios en tierra firme, la mayoría de las veces, sin mucha fortuna. El ejemplo más famoso fue cuando perdió la protección del Ática, Atenas inclusive, contra la diosa Atenea. Una vez que obtuvo control de todos los mares se fusionó con ellos, de tal forma que él mismo está hecho de agua (puede transmutar su cuerpo en carne si lo desea) y todo el agua de los océanos tiene parte de su propia esencia.
Poseidón tiene una esposa legítima, llamada Anfitrite, a la que le fue infiel con multitud de diosas, mortales y ninfas. Su progenie es numerosa, y entre ella se cuenta numerosos héroes y dioses, a la par que monstruos. El señor del mar posee un trono en el Olimpo, el segundo más grande, construido en mármol verde y gris con listones blancos, rematado con unos reposabrazos esculpidos con formas de criaturas marinas y decorado con coral, oro y madreperla. Sin embargo, pasa la mayor parte del tiempo en un palacio en el fondo del Océano, creado con coral, oro y piedras preciosas. Suele ir armado con su tridente, con el que puede abrir los mares, hundir los barcos y crear terremotos, y montado en su carruaje, del cual tiran dos hipocampos, con el que surca las aguas a su antojo. Sus símbolos son su tridente, los caballos, y en general, cualquier cosa que pueda asociarse con el mar, como las perlas, el coral, las algas y las criaturas marinas.
Descripción de Poseidón
Físicamente aparenta tener 30 años. Músculos definidos, tiene barba oscura y pelo ensortijado, también oscuro. Viste túnica y corona de oro y coral. Siempre va acompañado de su tridente. Al estar literalmente fusionado con el mar, Poseidón suele aparecerse a los mortales en acantilados o sobre el lecho marino como una criatura Titánica de 20 metros de altura con un cuerpo hecho de agua traslúcida, y el pelo compuesto de algas marinas.
Igual en dignidad a Zeus, pero no en poderío, Poseidón es de naturaleza áspera y combativa. Goza de una gran inteligencia pero, sobre todo, lo que mejor le caracteriza es lo voluble que resulta su humor: cuando está de buenas, asegura pacíficas travesías a los que surcan sus mares; proporciona abundante pescado a los humanos; hace crecer nuevas islas, y envía a algunos de sus seguidores más inteligentes a ayudar a los náufragos, como los delfines o las nereidas. Pero cuando está de malas, hunde barcos, invoca terribles tormentas, manda a sus criaturas más fieras a destrozar rutas comerciales, promueve terremotos, maremotos y otras catástrofes naturales, inunda algunas zonas y seca los ríos de otras… nada parece suficiente para saciar su ira.
Seguidores de Poseidón
En la Hélade son muchos los que viven y mueren a diario bajo el signo de Poseidón. Sus seguidores se caracterizan por vivir el día a día: nunca saben cuándo van a perecer bajo las aguas, así que tratan de saborear cada momento como si fuera el último. Al igual que su dios suelen ser orgullosos y no rendir demasiadas cuentas al resto de los habitantes del Olimpo: al fin de al cabo, pasan la mayor parte del tiempo en alta mar, y allí la única ley que impera es la de Poseidón.
En cuanto a su trato con otras personas, tienden a ser dictatoriales cuando se encuentran en su medio (nada es más peligroso en esta vida que un motín a bordo de un barco, o la anarquía derivada de las personas que no están dispuestos a hacer su parte de trabajo en el perfecto engranaje de una nave). Una vez en tierra firme, son amantes de la lujuria, el juego, el vino, y poco amigos de la autoridad que tratan de imponerle los guardianes seguidores de Atenea.
Los sacerdotes de Poseidón, que visten túnicas azul oscuro y llevan adornos marítimos, como el coral o las perlas, son los dueños y señores de los puertos. Nadie puede embarcarse sin su beneplácito, y suelen ser muy estrictos y escrupulosos a la hora de hacer respetar las reglas de su señor como, por ejemplo, que nadie puede embarcarse sin haber hecho los sacrificios pertinentes.
Atributos típicos en los seguidores de Poseidón
Características altas: MEN, ALM, SEN | Habilidades: Oceanología [Todas], Cosmología [Climatología, Astronomía], Atletismo [Nadar], Zoología [Equitación, Trato], Liderazgo [Civil, Militar], Idiomas [Egipcio, Cartaginés], Oratoria [Comercio] | Rasgos sociales: Epíteto, Seguidores.
Arquetipos comunes en los seguidores de Poseidón
Marineros: Personas de todo estrato social que dedican su vida al mar. Para ellos la libertad está simbolizada por navegar a lo largo y ancho del reino de Poseidón.
Comerciantes marítimos: Hombres líberos o nobles que se ganan la vida comprando productos en países y vendiéndolos en otros que están al otro lado del mar, consiguiendo grandes beneficios por ello.
Remeros: hombre fuertes (normalmente esclavos, pero en algunos casos estos puestos pueden ser copados por hombres libres o incluso nobles en embarcaciones de guerra) que manejan los remos de un barco para alcanzar mayor velocidad.
Piratas: los ladrones del mar suelen abordar barcos de comerciantes (a menudo abusando de las leyes de hospitalidad entre marineros) y robarles todo lo que poseen.
Lobos de mar: navegantes experimentados que, tras dedicar toda una vida al mar, han conseguido hacerse con un barco y una tripulación a la altura de las circunstancias.
Aurigas: expertos corredores de caballos, en tiempos de paz tienen una vida de deportistas de élite, llena de fama y dinero. En la guerra, sus carros de combate suelen resultar decisivos para la victoria. La equipación es tan cara que suelen ser nobles de gran poder adquisitivo, aunque algunos libertos y esclavos corren patrocinados por familias de ciudadanos.
Guardianes del puerto: Desde esclavos al servicio de los templos de Poseidón, a libertos y nobles que ejercen esta posición por dinero o posición social, son la guardia encargada de que ningún barco zarpe sin la aprobación de los sacerdotes del dios del mar.