Culto a Hefesto: 'Brillante como el fuego'
Historia de Hefesto
Hijo de Zeus y Hera, es el dios de del fuego, la forja, los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y la metalurgia. Cuando nació era tan horrible que su madre lo tiró desde lo alto del Monte Olimpo. Tras seis días y seis noches cayendo, llegó al mar, donde fue recogido por la nereida Tetis y la Oceánida Eurínome, que lo cuidaron y criaron en la isla de Lemnos. Pronto mostró un gran ingenio a la hora de inventar prodigios que escapaban de la imaginación de los dioses más inteligentes, y una gran habilidad manual para transformar en realidad sus increíbles bocetos. Cuando los señores del Olimpo oyeron que el hijo al que creían desaparecido estaba vivo y era el mayor inventor y artesano que había conocido el universo, lo recibieron con honores en el Olimpo. Hefesto es el responsable de la inmensa mayoría de los objetos mágicos que existen, ya sean los que portan los dioses o lo héroes.
Hefesto también es el marido de Afrodita, la diosa del Amor. Una vez tendió una trampa a su mujer y a su amante predilecto Ares (el dios de la guerra) atrapándolos con una red mágica de oro que ni los dioses podían romper. Cuando reunió a los dioses Olímpicos para que se burlaran de los amantes, Zeus le recriminó que aireara sus problemas conyugales en público, Hermes dijo que no le importaría estar en el lugar de Ares, Apolo estalló en una carcajada (algo inusual en este dios tan comedido) y Poseidón se ofreció a solucionar el problema desposándose él con Afrodita. Finalmente, Hefesto no consiguió que ni el padre ni el amante de Afrodita pagaran su dote como reposición al daño sufrido por la infidelidad. Tampoco se divorció de ella pues realmente la ama. Aunque Afrodita no le haya dado nunca descendencia, Hefesto es el padre de numerosos dioses y mortales que ha concebido con sus amantes. Su martillo y su fragua son símbolos de su trabajo perpetuo.
Descripción de Hefesto
Hefesto es un hombre de unos 30 años, pequeño, encorvado, tremendamente feo y paticorto, pero portador de una increíble musculatura. Su piel tiene un extraño color amarillezco, tiene muchísimo pelo por todas partes, y una barba muy descuidada. Además, suda continuamente y tiene un olor corporal muy fuerte. Atormentado por las burlas de los otros dioses y con un terrible complejo de inferioridad, Hefesto es extremadamente inteligente, trabajador e ingenioso. Su capacidad de inventiva no deja de maravillar a dioses y mortales, y los objetos que ha forjado han tenido papeles cruciales en todas las batallas que se han librado. Lejos de vanagloriarse por sus logros, Hefesto pasa la mayor parte de su tiempo trabajando sin descanso, alejado de los tejemanejes políticos de su familia
Seguidores de Hefesto
Los seguidores de Hefesto se caracterizan por estar obsesionados con el trabajo, al igual que su dios. Es difícil apartarlos de sus talleres o forjas, incluso a la hora de comer o dormir. La mayoría de los herreros sufren de la misma enfermedad que Hefesto, arsenicosis, que produce cáncer de piel, deformaciones y cojera (reflejado en las Maldiciones ‘Deforme’ y ‘Cojo’), ya que el arsénico se suele utilizar para endurecer el bronce. Aunque se dedican a fabricar equipación para que otros peleen, los seguidores de Hefesto no están completamente indefensos en combate, y son famosos por su manejo del boxeo y de armas como las mazas y los martillos de guerra, ya que son muy parecidos a los utensilios que utilizan para trabajar los metales en la forja.
Aunque buenos con sus trabajadores, especialmente, si dan la talla, los seguidores de Hefesto no se caracterizan por ser especialmente habilidosos en las artes sociales. Suelen resultar toscos y brutos. Su fuerza social radica en el colectivo, ya que acostumbran a organizarse en barrios gremiales y suelen tener mucha influencia en las polis (nadie puede arriesgarse a que todos los herreros dejen de trabajar al mismo tiempo, pues es un símbolo de debilidad que sin duda los enemigos utilizarían para declarar la guerra). Su fuerza es tal en Atenas que tienen su propio templo de Hefesto en el barrio del gremio de los herreros, aparte del situado en la Acrópolis.
Los sacerdotes de Hefesto son personas que han decidido trabajar para el dios no solo golpeando metales en la fragua, sino también cultivando su faceta espiritual. Acostumbran a ser menos políticos que otros sacerdotes, ya que incluso cuando están en los templos esperando a que sus servicios sean requeridos, suelen estar trabajando. Normalmente van ataviados con armaduras de bronce ornamentales, rematadas con símbolos de su dios.
Atributos típicos en los seguidores de Hefesto
Características altas: RES, FUE y ALM | Habilidades: Forjar [Todas], Arte [Artesanado, Escultura], Dureza [Trabajo, Fondo], Batalla [Fortificación, Asalto], Pelea [Boxeo], Oratoria [Comercio] | Rasgos Sociales: Equipo | Seguidores.
Arquetipos comunes en los seguidores de Hefesto
Herreros: trabajadores del metal que fabrican principalmente armas y armaduras en sus forjas. Suelen ser hombres libres.
Broncistas: herreros de clase noble, solo trabajan con metales nobles, como el bronce, la plata, el oro o el electro.
Armeros: Encargados del arsenal de un ejército o la guardia de una ciudad, cuidan y administran las armas y armaduras.
Escuderos: Personas que acompañan a los hoplitas a la batalla; portan y cuidan la armadura y las armas secundarias hasta que llega el momento de usarlas. Suelen ser esclavos.
Artesanos: trabajadores de la madera, las telas, el cuero o la cerámica, se organizan en barrios gremiales y tienen buena consideración social. Esta profesión suele estar ejercida por hombres y mujeres libres.
Escultores: artistas especializados en crear esculturas de dioses y héroes a través de piedra (principalmente mármol), metal y madera.
Alquimistas: personas, normalmente nobles de avanzada edad, que han pasado la vida aprendiendo los secretos de los metales y las posibilidades de transmutarlos.
Inventores: personas que llevan el poder de la imaginación más allá de lo humanamente posible para crear objetos que nunca nadie ha visto antes, capaces de hacer cosas imposibles gracias a la esencia mágica de los dioses.
Científicos: Personas que se dedican a desentrañar los misterios del universo a través de la ciencia, como las matemáticas o la cosmología.
Boxeadores: Aquellos que han decidido consignar su vida a este tipo de combate sin armas, a menudo, rinden tributo al dios del fuego, por ser el mejor púgil del Olimpo.